Por Beatriz de Asís
Louis Vuitton es sinónimo de viajar. En esta ocasión, la travesía nos lleva a Puerto Banús (Marbella), un lugar clave para quien quiera disfrutar del lujo pausado. Allí, la casa francesa ha reformado su espacio, inaugurado en 2003, conviertiéndolo en un templo más luminoso que gira en torno a los conceptos de relajación y bienestar.
Creado con suelos de roble y techos de bambú, este exclusivo local ya forma parte del elenco de las 'tiendas Resort' de la casa francesa. Es decir, ambientes donde el lujo adquiere una dimesión más cálida. En este caso, los detalles pulidos y elegantes, los colores luminosos en tonos neutros y los preciados materiales son responsables de una atmósfera capaz de reflejar el espíritu de este valioso enclave de la Costa del Sol.
Con el objetivo de ofrecer una experiencia de compra diferente, Louis Vuitton ofrece en este espacio de 200 metros cuadrados los productos y servicios que configuran su universo. Desde marroquinería hasta las prendas de las colecciones prêt-à-porter, pasando por calzado y accesorios, tanto de hombre como de mujer.
Además, pondrán a disposición del cliente un servicio de 'Pedidos especiales' y de personalización de sus líneas Mon Monogram y Mon Damier Graphite. Asimismo, este renovado espacio es el lugar escogido para presentar su nuevo bolso de edición limitada Neverfull Puerto Banús.
Con todo esto, la casa francesa centenaria busca mimetizarse con el estilo de vida de esta localidad que, gracias a su microclima, posee una temperatura suave durante todo el año.
Por eso, las prendas que están en la tienda de Louis Vuitton poseen tejidos ligeros, siluetas desestructuradas y colores vivos. Todas ellas evocan la diversión en la playa, los atardeceres sensuales y, en definitiva, los momentos más especiales del verano.
Louis Vuitton desafía al tiempo con esta reapertura que celebra la llegada del estío y, en consecuencia, hace honor a su carácter pausado y relajado. Es tiempo de viajar.
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